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Las palabras tienen poder. Las vocales tienen el suyo propio. Las consonantes se consideran el cuerpo de la palabra y la vocal es el alma que le da significado.

Nuestro cuerpo es un instrumento de resonancia sonora. Cada sistema corporal, cada hueso, cada órgano y víscera, cada célula tiene su propia frecuencia de resonancia sonora.

Desde las antiguas tradiciones nos llegan conocimientos, que, aunque son simples, son transcendentales. Van más allá de lo que la mente pueda razonar y deducir por su mecanismo lógico.

Podemos considerar cada vocal con su frecuencia correspondiente a una parte o zona específica del cuerpo.

La” i “es la que se manifiesta con una frecuencia más alta de las demás vocales y se le hace corresponder a la zona de la cabeza hasta la mandíbula.

La “e” es la que resuena en la zona del cuello hasta las clavículas.

La “a” corresponde a la zona del tórax, corazón y pulmones.

La “o” desde el diafragma hasta el ombligo.

La “u” desde el ombligo hasta el bajo vientre.

Os propongo un ejercicio:

Cerrad los ojos y empezáis a respirar suavemente desde el abdomen. Cuando inspiráis el abdomen se dilata y cuando soltáis el aire se contrae.

Una vez más relajados centramos nuestra atención en la zona de:

  • La cabeza hasta la mandíbula. Inspiramos y al soltar el aire cantaremos con voz suave (da igual la nota y da igual si desafinais, no os escucharé jejeje) prolongando el sonido de la vocal = iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Podemos repetir tres veces o más.
  • Desde la garganta y cuello hasta las clavículas. Inspiramos y al soltar el aire cantamos eeeeeeeeeeeeeee.
  • Del tórax hasta el diafragma y cantamos aaaaaaaaaaaaa.
  • Desde el diafragma al ombligo y cantamos oooooooooo.
  • Desde el ombligo hasta el vientre y cantamos uuuuuuuuu.

Podemos sentir un cosquilleo reconfortante, un ligero masaje. Después de cantar podemos sentir esta parte del cuerpo más relajada.

Probadlo y ya me diréis que tal os ha ido. Sobre todo, divertios con vuestra voz. La próxima vez que sintáis dolor de cabeza, de garganta o de barriga probadlo. Podréis mejorar la resonancia vibratoria añadiendo una “m” al final de la vocal.

Hasta pronto

Jos Gayá

Músico y terapeuta musical

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